jueves, 1 de abril de 2010

GRITO DE DENUNCIA



Por los niños (todos, niñas también)
del mundo entero.
Me ha calado, mucho, los últimos
crímenes en México.

Leonor.






Mi mente se revuelve como perro apaleado
sin saber hacia que lado esconder mi rubor,
sombras apagan la luz de mi alma
se vuelve obtusa como bruma en el mar.

Rosas y claveles del jardín de la vida
derraman su sangre sin más,
el verdugo las abate con saña poderosa
no mira la frescura de su edad.

La noche se cierne por caminos de amargura
de madres que claman con sumo dolor,
se haga justicia por tal ignominia,
a sus hijitos amados, almas en flor.

Almas errantes, faltas de recursos,
sueltas por la vida llena de pecado,
enfrentándose en mente desnuda
a las lujurias y sinsabores que les toca jugar.

Recursos inesistentes para penitentes
en su vivir día a día en miseria y soledad,
que avergüenzan a los gobiernos
que presumen de magnánimos en su gobernar.

Gobiernos que gobiernan sin saber gobernar,
pululando la pobreza y al rico encumbran en su prosperidad;
con leyes amenazantes de acabar con las miserias
arremeten impunemente contra almas inocentes.

Almas inmersas en los desmanes de gobiernos,
abrojos enraizados éstos con los otros,
los administradores del mundo,
que imponen las leyes a su gusto y acomodo.

¡ VIVAN LOS NIÑOS!, los ¡ ADOLESCENTES
!,...

Leonor Rodríguez Rodríguez